Para el abogado Orlando Santamaría, el 2018 fue un año importante debido a que materializó su propósito de establecer su despacho enfocado en el derecho inmobiliario. De tal manera, su compañía LEX 360 opera en una oficina ubicada sobre la calle Francisco I. Madero, dentro de la Zona Romántica de Puerto Vallarta, ofreciendo servicios de utilidad para agentes, compradores y vendedores de bienes raíces. Hoy en día, reconoce que esta rama de la abogacía es la que más le apasiona; sin embargo, el recorrido para llegar hasta este punto incluyó varios giros en su carrera.
Santamaría es originario de Puerto Vallarta y comenzó sus estudios superiores como parte de la primera generación de la Licenciatura en Derecho del Centro Universitario de la Costa (Universidad de Guadalajara) en 1996. Sin embargo, poco antes de concluir su formación en esta institución, decidió mudarse a la capital del estado y comenzar la Licenciatura en Negocios Internacionales en el campus del Tecnológico de Monterrey. Ambas experiencias le permitieron adquirir una visión interdisciplinaria y, una vez egresado, se trasladó a la Ciudad de México para ejercer su recién concluida carrera. En este sector, se desenvolvió prolíficamente por alrededor de once años. No obstante, su ciudad de origen lo llamaba de regreso.
“Mi familia está en Puerto Vallarta, mis amigos están en Puerto Vallarta, todos mis seres cercanos están aquí, por lo que decidí volver hace cinco años para establecerme de manera permanente. Paradójicamente, esto me trajo de regreso al mundo de las leyes y me introdujo al sector inmobiliario”, explica.
Atraído por la posibilidad de incorporarse en el área de los bienes raíces, Orlando volvió a las aulas para retomar los estudios en derecho y se graduó del Centro de Estudios Universitarios Arkos. A partir del 2017, comenzó a ofrecer sus servicios profesionales, enfocándose principalmente en el proceso de la escrituración de inmuebles. Gracias a su buen recibimiento, posteriormente planeó la apertura de la compañía que hoy en día preside.
LEX 360 es un despacho enfocado en materia inmobiliaria, contratos e inmigración. Los servicios de la empresa incluyen coordinación de cierres en compraventa de bienes raíces, fideicomisos, cesiones de derechos fideicomisarios, trámite para residencia temporal y permanente, trámite para obtener la nacionalidad mexicana y creación de asociaciones civiles para administrar condominios.
“En esta rama encontré todo lo que me gusta de la abogacía. Se trata de un derecho más preventivo que tiene que ver con anticipar problemas futuros en torno a bienes inmuebles. En ocasiones, pensamos en los abogados como los profesionales que solo litigan en los juzgados, pero la realidad es que hay muchos tipos y algunos tenemos funciones más administrativas”.
De acuerdo con el profesional, la mayoría de sus clientes son estadounidenses y canadienses, a quienes les preocupa el proceso de escrituración en México por ser diferente al de sus respectivas naciones. Otra de sus incertidumbres es el idioma, pues los contratos están redactados en español y necesitan de expertos que los guíen y ayuden a entender los términos legales involucrados en las escrituraciones. Por tanto, Santamaría alienta a cualquier extranjero interesado en comprar o vender una propiedad en México, a acudir directamente con un abogado calificado y especializado en el área, así como un agente inmobiliario acreditado por la Asociación Mexicana de Profesionales Inmobiliarios.
A diferencia de lo que podría pensarse, de acuerdo con Orlando, los procesos de cierre inmobiliario no son largos. El abogado menciona: “Si el cliente es extranjero y desea comprar un inmueble cuyo propietario es mexicano, se tiene que hacer un fideicomiso. Este proceso tarda aproximadamente 22 días hábiles si todo está en orden y tenemos la documentación pertinente. Por otro lado, si se trata de una cesión de derechos —es decir, ya hay un fideicomiso creado y solo se van a reasignar los derechos— el trámite toma alrededor de 15 días hábiles”.
Santamaría es testigo del creciente interés tanto estadounidenses como canadienses por adquirir una propiedad en México, así como de obtener una residencia temporal, permanente o la ciudadanía mexicana. Puerto Vallarta se consolida como un destino para tener una segunda residencia, propiedad vacacional o vivir el retiro. “Es impresionante cómo la ciudad está creciendo. Nosotros elegimos establecer nuestra oficina en la Zona Romántica por ser el punto neurálgico del desarrollo inmobiliario. Si caminas por las calles de esta zona, te puedes dar cuenta de los edificios que se están erigiendo. Sin embargo, en otras áreas ubicadas más hacia la periferia también se está dando esta expansión”.
Actualmente, Orlando tiene la satisfacción de ayudar a los extranjeros que desean invertir o iniciar un nuevo capítulo de sus vidas en Puerto Vallarta, la ciudad en la que creció y en la que, de manera similar, inició una segunda etapa en su vida profesional. Aunque su compañía es relativamente joven, el ahora profesional inmobiliario está listo para consolidar una larga trayectoria.