Las propiedades vacacionales contra la informalidad

Miguel Fernández

Al igual que en otros sectores económicos de México, el negocio de las propiedades vacacionales se ha visto impactado por la informalidad con que se maneja su administración.

La industria hotelera en México cuenta con obligaciones fiscales claras a través de legislaciones como el Impuesto Sobre Hospedaje (ISH). Por otro lado, las rentas vacacionales se llevan a cabo entre propietarios e inquilinos sin claridad, en cuanto a obligaciones fiscales se refiere. Esto ha creado un punto de discordia entre ambas industrias. Miguel Fernández, fundador de la empresa G3MEX Group Real Estate, nos compartió sus comentarios respecto a esta situación, así como algunos puntos clave a considerar para generar una competencia más equitativa a través de nuevas legislaciones.

Originario de Ciudad Juárez, Chihuahua, Miguel Fernández ha estado involucrado en la industria inmobiliaria desde hace más de 30 años. Junto con otros dos socios, en 2003 fundó G3MEX Group Real Estate, una agencia de bienes raíces con enfoque en la fiscalización y cumplimiento de las leyes mexicanas, creándose una reputación seria ante las demás empresas locales con las que ha establecido relaciones duraderas.

Puesto que en los últimos años el turismo ha sido uno de los sectores con mayor crecimiento en México, y Puerto Vallarta se ha mantenido como uno de los destinos preferidos tanto para turistas nacionales como extranjeros; Miguel nos ofreció una perspectiva general de lo que implican las rentas vacacionales en nuestra región.

“Para que una propiedad vacacional funcione correctamente, lo primero que se debe hacer como extranjero o nacional, es darse de alta ante el SAT –ya sea como persona física o negocio–. De esta manera, los ingresos por hospedaje pagarán su IVA correspondiente”, nos comenta. “Los propietarios de rentas vacacionales deben verlas como un pequeño negocio con amplias posibilidades de crecimiento”.

Actualmente, hay distintos sitios web (como HomeAway, VRBO o Airbnb) en los que se pueden rentar propiedades alrededor del mundo, pero “todo se paga por medio de PayPal y ese dinero nunca toca un banco o alguna institución financiera en México”. Esto es un gran riesgo para todos aquellos propietarios que trabajan fuera de la ley, ya que “si Hacienda hace su seguimiento, sacará una proyección basada en una tarifa que impondrá y penalizará con los impuestos correspondientes una vez que haya promediado las semanas que la propiedad estuvo en renta durante los años que se ofertó como plan vacacional. Como extranjero, no solo estás poniendo tu reputación en juego, sino también tu estadía en nuestro país”.

Durante sus años de experiencia profesional, Miguel Fernández ha estado conviviendo de cerca con la formalidad que necesita este negocio, apoyándose en todo momento con abogados, fiscalistas, contadores, notarios y toda la gama de servicios que se requieren. “Inclusive, hemos hecho escenarios de pre renta para ver cuál es la manera más eficiente de realizar este negocio”.

Puesto que cualquier casa puede funcionar como propiedad vacacional, siempre será importante cuidar los reglamentos internos de los condominios para que no limiten su potencial. Como propietario, debes tomar en cuenta el mercado al que te vas a enfocar. “Por ejemplo, puedes encontrar una villa frente a la playa o una casa en las colinas de la ciudad y, aunque ambas funcionen como planes vacacionales, las amenidades de cada una no podrán satisfacer a todos los clientes”.

Ante la pregunta de si existe una asociación a nivel local o nacional que regularice las rentas vacacionales, confirmó que por la misma informalidad del negocio, en México no la hay. “A diferencia del proceso que involucra la compra-venta de una propiedad –en el que hay mucho más en riesgo y eso mismo te orilla a acudir con un notario para realizar el trámite de manera segura–, en cuestión de rentas no sería mala idea contar con un organismo que regularizara esta industria. Sin embargo, al no haber formalidad, no podrá crearse una institución que genere políticas, valores y metas en común para que haya una competencia equitativa”.

Cuando le pedimos que mencionara a sus competidores, Miguel fue sumamente claro:

“Mi mayor competencia es la informalidad y la gente que, aún sin tomar en cuenta todas las posibilidades y beneficios que su propiedad le puede brindar, están logrando hacer negocio”.

Con respecto a la ocupación, “por más que queramos quitarle el estigma a la temporada alta y baja –a las que más bien me gustaría llamarlas como temporada de vacacionistas extranjeros y vacacionistas nacionales–, lo cierto es que hemos ajustado precios, promociones y servicios para poder rentar nuestras propiedades de 25 a 30 semanas, es decir, tenemos ocupación durante la mitad del año”.

Así como todo en la industria turística se trata de vivir una experiencia incomparable, en las rentas vacacionales personalizadas es más fácil que esto suceda: “Siempre que nuestros clientes se van, nos mencionan que tuvieron una excelente estadía. Los hemos llevado al lienzo charro o a las fiestas de pueblo y cuando llega el momento de regresar a sus lugares de origen, se van muy contentos de haber podido convivir con la comunidad”.

En relación a si nuestro destino está viviendo un boom en rentas vacacionales, Miguel Fernández fue claro: “Yo no lo llamaría así. Acabamos de salir de una recesión bastante grave, cuyo repunte se vio inmediatamente cuando los grandes desarrolladores regresaron para construir nuevas propiedades y no nada más revenderlas. Todo se ha estabilizado, pero si la situación económica del país lo permite –y sobre todo la seguridad– vendrán mucho mejores tiempos para nuestro destino turístico”, finaliza.

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