Además del valor sentimental y económico, existen muchas razones para traer un auto al país desde Estados Unidos. Desde que Carlos Salinas de Gortari, entonces presidente de México, firmara en 1992 el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) donde se autorizaba la importación de autos a partir de 2009 y, posteriormente el gobierno de Vicente Fox publicara un decreto que permitía su entrada a nuestro territorio sin grandes restricciones en 2005; el proceso de importación se ha ido simplificando cada vez más. Sin embargo, para alguien primerizo o que no se dedica de lleno a eso, podría ser un tema bastante complicado.
Para conocer sus implicaciones y la manera más eficiente de hacerlo, visitamos a Javier Cortés, abogado independiente bilingüe egresado del Centro de Estudios Universitarios Arkos, quien además de desenvolverse en el ámbito civil, laboral, agrario y empresarial; ha importado automóviles personalmente en más de cinco ocasiones.
Para comenzar, nuestro experto señala que existen dos maneras de internar vehículos a México:
· Importación Temporal
“Este tipo de importación significa que el vehículo será ingresado a México por un período limitado y una vez que finalice, deberá regresar a su país de origen. Se utiliza cuando los visitantes desean permanecer en nuestro país desde una semana hasta no más de seis meses”.
· Importación Definitiva
“Cuando se importa de esta manera, implica que el auto podrá circular en el territorio mexicano de forma permanente. Se debe tomar en cuenta el año, modelo y peso, pues influye en el monto de impuestos a pagar y en la aceptación o no del ingreso al país. Además, únicamente se pueden importar vehículos cuyo año/modelo sea ocho o nueve años anteriores al año de importación. Por ejemplo, si en este año se hace el trámite, solamente pueden importarse autos cuyo modelo sea 2009/2010 o anterior”.
La importación de los vehículos se podrá realizar por las aduanas de la frontera norte o las de tráfico marítimo del país, en las que el agente aduanal que realice el trámite se encuentre adscrito.
PROCEDIMIENTO
Además de indicar que cualquier persona que tenga la capacidad económica es apta para realizar el proceso, Javier Cortés menciona que el primer paso es acudir con un agente aduanal (persona autorizada por el Servicio de Administración Tributaria), quien se encargará de la importación definitiva del vehículo: “Una vez que se agende una cita con el agente, se le debe entregar el título de propiedad del auto, una identificación oficial y un comprobante de domicilio mexicano. Se le entregan las placas del auto y él se encarga de darlas de baja en el sistema”.
En el segundo paso, todavía en territorio estadounidense, el agente aduanal verificará que el auto cumple con las condiciones físico-mecánicas y de protección al medio ambiente, que no esté reportado como robado (en caso de que no haya sido adquirido en agencia), que el número de identificación vehicular coincida con el del título de propiedad, que se elabore el pedimento de importación y se paguen los impuestos determinados (en Banjercito).
“El tercer paso, ya con el pedimento de importación pagado en la mano, es presentar el vehículo en el módulo de la aduana mexicana para que lo revisen una vez más y si todo está bien, finalmente le pegarán un holograma. Eso significa que la autoridad ya ha dado el visto bueno para que la unidad se pueda internar legalmente en el país”.
Al salir del recinto, el propietario del automóvil que recién comienza a internarse en el país, tiene dos opciones para llegar a su ciudad destino: conducir desde la frontera o mandar la unidad a bordo de un tráiler llamado Madrina. “Si eligen la Madrina, es únicamente contratar el servicio, ponerse de acuerdo con el proveedor en la fecha de llegada a la ciudad destino y pagar. En cambio, si la decisión es conducir, se debe tramitar un permiso federal de camino que únicamente es de 72 horas. Eso significa que solamente tienes tres días para llegar a tu ciudad destino. La desventaja de este permiso, es que solamente se puede tramitar una única ocasión”.
Al preguntarle si aún resulta conveniente hacer todo este proceso o si es mejor comprar un auto en México, Javier Cortés respondió que además de tener en cuenta el valor económico y sentimental del vehículo, se tendrían que analizar otras cuestiones generales como si cumple con una necesidad específica (autos con adecuaciones para transportar personas con capacidades especiales) o conlleva otros beneficios tanto personales como para la comunidad.
Antes de finalizar nuestra entrevista, nuestro experto hizo hincapié en el tiempo que dura todo este proceso: “Lejos de lo que se pudiera pensar, existe un estimado de tres a cinco días hábiles para obtener el pedimento de importación. A partir de ese momento, los demás trámites son solo cuestión de horas”.
Si requieres más información sobre el proceso para importar autos desde Estados Unidos, puedes ponerte en contacto con Javier Cortés a través de abogadofranciscojaviercortes@gmail.com.